¡Ay con la volatilidad emocional!
Si piensas que de emociones vas siempre plano, como el encefalograma de algunos, es que no te conoces.
El tiempo, el hambre, las horas de sueños - o la llamada de tu tía la del pueblo - todo nos afecta. Un juez es más benévolo con un acusado si es su cumpleaños, ¿dónde queda la justicia justa entonces?
Lo mismo ocurre con los seguros o las catas de vino; si nos ponemos a buscar ejemplos no acabaríamos nunca. Por un lado, la volatilidad emocional nos hace humanos pero, por otro, nos hace injustos y poco fiables. Si cada vez que pides una opinión a un experto te da una distinta puedes acabar cuestionando cuánto de experto tiene.
Una gran volatilidad emocional puede hacer insoportable a tu pareja
Alguien que nunca sabes por dónde saldrá es un peligro; no podrás ser sincero, ni estar mucho rato a su lado.
Identificar si somos muy volátiles emocionalmente nos puede dar pistas, incluso para saber si estamos en un mal momento.
Hay un punto más a comentar, porque todo tiene un precio: la inteligencia con la creatividad. Las emociones nos hacen más inteligentes, sensibles y atentos. Los robots no piensan. Ni son realmente creativos.
Sin esta variabilidad no tendríamos el arte, ni la mayoría de descubrimientos
Kahneman llama a la volatilidad emocional de otra forma: ruido de ocasión. Si quieres que te deje de sonar a chino está el episodio de esta semana. Incluso comentamos las técnicas para luchar contra ello:
Si hoy tu volatilidad emocional está en pico positivo aprovecha y suscríbete a esta newsletter. O también puedes darle al coranzito, todo ayuda para que los dos seamos un poquito más felices.