La cultura es invisible
Los peces no saben que están en el agua. Y nosotros desconocemos que nadamos en una cultura.
Los seres humanos tenemos la capacidad de aprendizaje y adaptación más amplia entre todos los animales. Por eso somos ya más de 8 mil millones. De hecho, no somos agresivos o pacíficos; nuestra cultura y contexto nos hacen serlo.
Para entender el mundo toca descifrar nuestra propia cultura.
Es cierto que nos movemos por la genética y las emociones. Sin embargo, también actuamos guiados por una cultura invisible. Difícil de percibir, aunque está en todos lados. Además, muchas veces confundimos nuestra cultura con nuestra forma de ser.
Cuando estuve viviendo fuera de España me di cuenta de mi propia cultura, había dado por hecho demasiadas cosas. Tener amigos de todo el mundo me ayuda cada día a darme cuenta de mis sesgos culturales. También me reafirma la teoría de las buenas personas: están en todos sitios. Simplemente sus normas sociales, y expectativas, son distintas.
Por eso el libro “El mapa cultural” me ha tocado tanto. Episodio de la semana:
Para un japonés si eres muy explicito estás siendo agresivo. En cambio, en el mismo contexto un mexicano puede pensar que el otro está ocultando algo. La cultura invisible lo impregna todo.