Hay dos tipos de miedos
El que acaba desapareciendo y el que es tu animal de compañía perenne. Vamos a traerlos a la palestra
Los miedos nos definen, nos hacen ser quienes somos. Miedo a perder el trabajo. Miedo a enfermar. Miedo a estar solo. Miedo a no tener dinero... El miedo es la emoción más fuerte, y por eso cuando alguien la usa contra otros es despreciable.
Darte cuenta de tus propios miedos no te hace más vulnerable, te hace menos manipulable
Aunque eso es solo el primer paso, obviamente. Una vez detectado ese miedo debemos intentar aceptarlo, ver que nos hace más humanos y colectivos. Si todos sacáramos nuestros miedos a airearse perderían su poder. Lo que se esconde gana tamaño.
Siempre se dice que el valiente no es el que no tiene miedo, sino el que se enfrenta a él. Voy un paso más allá: el verdadero valiente es el que se ha trabajado el miedo diariamente para sacárselo de encima. Se enfrentó tantas veces a él que se fue. Aunque hay algunos miedos que siempre estarán ahí, como el de que tus hijos se mueran, pero si no te enfrentas a ellos acabarás peor. Ni tus hijos, ni tú mismo, tendréis vida.
Y para tratar un miedo no hay que escatimar en recursos. Ya no solo de dinero o tiempo, también de energía mental. Si tienes miedo a perder el trabajo ahorra, invierte y haz planes por si ocurre. Si hace falta haz planes hasta que se te acabe el abecedario. Aunque lo más importante está en tu cabeza.
Imaginar que ocurre y lo que harías entonces es vital
Con toda la carne en el asador podemos conseguir que miedos que iban a estar para siempre, que eran tu perro más fiel, un día se esfumen. En cambio, miedos pasajeros pueden acabar alquilándote una habitación a cinco años. Son esos miedos que no parecían importantes y, por ello, no les dedicaste tu atención. Así que mucho cuidado.
Resumamos: detectar, aceptar, tratar, volver a tratar y, finalmente, olvidarte de ellos
P.D: Mis news son cortitas para ti, para mi nunca lo fueron. Así que si te gustan no tengas miedo a leerlas más de una vez, así es como más profundas se vuelven