Im.
Descubrí a Marina Miller por un anuncio de Instagram y me chocó.
Tengo que decir que no me cayó bien. Tenía un estilo muy agresivo y de puro humo.
Pero cómo ya me había pasado con gente como Isra Bravo o Monge Malo le di una oportunidad.
Y es que los tres tienen un estilo que echa para atrás al principio. Incluso hay gente que no supera su fase de odio (pero luego les compran todo).
Los buenos copys son como el McDonald’s.
Todo el mundo echa pestes y luego compra.
En mi caso con Marina acabé leyéndome su librito y comprándole su GPT. La diferencia es que la primera mala impresión la superé rápido.
Así que no caí ad hominem y pude sacar el valor que me interesa a mí.
Incluso voy más allá: ahora me cae de puta madre.
Todo gracias a esta charla que he tenido con ella esta semana (con muchas risas):
P.D.: también disponible en Spotify.