Joder.
El año pasado una compañía de telefonía me timó.
Y te voy a explicar por qué me rendí.
Llevaba años con ellos y no eran más que un móvil, eran solo una compañía de más. Pero cuando me quise cambiar vino el problema.
Me cobraron 50 euros de la nada. Imagino que su política con sus futuros exclientes es así. Antes de que se vayan vamos a exprimirles.
Les llamé para reclamarles el dinero y el chico que me atendió me dio la razón:
- No te tendríamos que haber cobrado pero el sistema no me deja de ninguna de las maneras devolverte el dinero. Lo siento. Tendrás que ir a consumo
Me entró una mala hostia que pa’ qué…
Pero luego me calmé y me dije que por cincuenta euros era tontería ponerse así. Que se fueran a paseo.
Mi tiempo y mi paz mental eran mucho más importante.
Hay que saber elegir las batallas para ganar la guerra.
Esta lección la expliqué en el episodio 100 del podcast (que ya puse hace 4 días).
Lo vuelvo a poner porque es un episodio gustó muchísimo.
Y a los que les gustó luego les encantó ¡Mejora tu vida, cabrón!. Que abriré este domingo.
P.D.: Para Spotify.
P.D.2: Y ahora iVoox.
Saber rendirse a tiempo también es estrategia, sobre todo cuando lo que está en juego no es justicia y sí desgaste. En estos casos perder el dinero es ganar calma.