A ver.
Hoy te hablo de una película que es poco conocida.
Voy a sacarle sus ideas cabronas.
Porque desde que me reconcilié con las ventas estoy absorbiendo todo lo que pasa por mis manos.
Me río de los másteres de ventas y marketing que hay por ahí.
En serio. Me río en serio.
Ayer me puse a ver Flamin' Hot porque explicaba como un don nadie acabó triunfando. El viaje del héroe siempre me ha gustado. Si encima ocurrió de verdad aún lo gozo más.
Nos situamos. Años 80 y Richard Montañez es un limpiador en una fábrica de Cheetos y Doritos.
Un día se da cuenta de que cada vez hay más mexicanos en Estados Unidos pero no se les tiene en cuenta. No se les vende según sus gustos. Y como él es hijo de mexicanos inventa unos cheetos picantes y consigue que la empresa los venda (flipante).
No te voy a destripar toda la película pero si decir un par de ideas cabronas:
Nadie conoce mejor el mercado que el propio consumidor. Los altos directivos viven en su mundo y por eso las empresas acaban muriendo. Tuvo que llegar un limpiador a decirles que sus patatas eran aburridas y por eso la competencia les estaba ganando la partida.
Si nadie conoce tu producto da igual que sea el mejor del mundo. No caigas en el marketing de la fe (“quién me necesite me encontrará”). Montañez se dio cuenta rápido de ello y se puso a repartir muestras a diestro y siniestro.
Parecen cosas obvias pero luego todos caemos en ellas.
En 6 días abriré ¡Mejora tu vida, cabrón!.
De mientras tienes mi mástere de ventas. Las ideas más clave sobre lo que estoy aprendiendo sobre ventas: