Sussudio es una canción de Phil Collins, una de mis favoritas. De ahí viene mi apellido artístico. Hay muchas historias sobre el origen de “Sussudio”, ya que es una palabra inventada por el propio cantante.
Desde que simboliza el amor platónico, hasta que realmente no es nada. Investigando llegué a la verdadera historia: mientras componía le salió cantar “Sussudio” porque encajaba con el ritmo. Y se dijo: “ya buscaré una palabra de verdad cuando acabe de componer”. Buscando y buscando no encontró ninguna, así que al final se quedó con “Sussudio”. Es decir, no significa nada de nada. Y eso está bien.
No todo debe tener un sentido, dejemos de buscarlo constantemente.
Sin embargo, ya hablé sobre el sinsentido hace poco. Realmente quería empezar con esta idea para tocar otra, una que mueve el mundo: la inercia. ¿Por qué Collins no cambió el título de la canción? ¿Por qué seguimos teniendo el mismo trabajo? ¿O los mismos amigos? Probablemente por inercia.
Escapar de la inercia, de vez en cuando, es esencial. Nos dará respuestas.
Si queremos saber si realmente seguimos enamorados, o si entrenamos por entrenar, toca parar. Por eso las vacaciones nos ayudan tanto. Luego volvemos a la rutina y lo que ya no encaja se esfuma.
Hay muchos parones que nos hacen ver nuestras verdaderas motivaciones, que atacan la maldita inercia: dejar de entrenar una semana, estar sin teléfono un día entero, ayunar…
Hay que parar para apreciar lo que poseemos.
Se me abren más frentes que explicar: ¿Buscar la motivación o crear hábitos?
No es tan sencillo, como algunos autores nos han hecho creer. Si te interesa que hable sobre ello dímelo.
Cuando paras, la cabra tira al monte..